lunes, 3 de marzo de 2014

EDUCAR EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE

Creo que TODOS los padres y madres nos preguntamos cómo será la sociedad en la que nuestros hijos, niños y adolescentes de hoy, tendrán que vivir como adulto. Cómo será su vida  en un mundo tan globalizado en el que ya no bastará tener un título universitario como garantía de éxito y futuro, como ocurría hace 2 o 3 décadas atrás. Ahora hablamos de que necesitamos jóvenes emprendedores, … la sociedad, las empresas,.. necesitan de jóvenes emprendedores,… ¿Y cómo se consigue ser emprendedor?
Tengo dudas sobre si estamos preparando hoy en nuestras escuelas a futuros ciudadanos capaces de dar respuesta a los retos que les supondrá incorporarse laboralmente en un mundo global, pero si que tengo claro que en el contexto en el que nos encontramos urge el fomento de experiencias formativas que desarrollen la iniciativa emprendedora de los estudiantes.
En palabras de Carmen Pellicer, Presidenta de la Fundación Trilema, “el talento emprendedor se cultiva estimulando las disposiciones naturales hacia la autonomía, creatividad, confianza, motivación de logro, liderazgo, eficacia y perseverancia”, de ahí que en la escuela deberíamos entrenarlos mediante proyectos de emprendimiento, creando oportunidades para aprender y consolidar los hábitos que les permitan convertirse en adultos protagonistas de sus vidas profesionales y personales.
En este sentido debemos de llegar a la importancia de emprender como competencia, como elemento novedoso de la educación actual. Si algo no queremos es que nuestros hijos sean tremendamente dependientes e inseguros, ni que sólo funcionen a toque de campana, que la docilidad intelectual les convierta en débiles y faltos de criterio, o la obediencia ciega y una disciplina a toque de bastón les deje fácilmente manipulables. En éste colegio la educación en libertad ha sido la base del funcionamiento desde hace 50 años, porque esa libertad les hará equivocarse y tomar decisiones inadecuadas en ocasiones, pero también les permitirá aprender de sus errores, rectificar y tomar el camino adecuado.
A todos los padres nos exaspera verlos tumbados en la cama durante horas, pasivos my depres, sin tensión vital ni ganas de comerse el mundo, con miedos excesivos al riesgo y al cambio, excesivamente introvertidos, apocados o gregarios…, pero tampoco nos interesa ni nos gustaría que fueran temerarios o impulsivos, ni queremos que se ahoguen en un vaso de agua, ni que no sepan levantarse y volver a empezar después de un fracaso en cualquier territorio.

Sabemos que no queremos que nuestros hijos e hijas, que nuestros alumnos del colegio, dejen el testigo de sus vidas en manos de otros sin opciones a ganar en sus batallas personales cuando ya no estemos allí para protegerlos y ayudarles. Por eso queremos que aprendan a emprender.

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