EDUCAR EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE
Creo que
TODOS los padres y madres nos preguntamos cómo será la sociedad en la que
nuestros hijos, niños y adolescentes de hoy, tendrán que vivir como adulto.
Cómo será su vida en un mundo tan
globalizado en el que ya no bastará tener un título universitario como garantía
de éxito y futuro, como ocurría hace 2 o 3 décadas atrás. Ahora hablamos de que
necesitamos jóvenes emprendedores, … la sociedad, las empresas,.. necesitan de
jóvenes emprendedores,… ¿Y cómo se consigue ser emprendedor?
Tengo dudas
sobre si estamos preparando hoy en nuestras escuelas a futuros ciudadanos
capaces de dar respuesta a los retos que les supondrá incorporarse laboralmente
en un mundo global, pero si que tengo claro que en el contexto en el que nos
encontramos urge el fomento de experiencias formativas que desarrollen la
iniciativa emprendedora de los estudiantes.
En palabras
de Carmen Pellicer, Presidenta de la Fundación Trilema, “el talento emprendedor
se cultiva estimulando las disposiciones naturales hacia la autonomía,
creatividad, confianza, motivación de logro, liderazgo, eficacia y
perseverancia”, de ahí que en la escuela deberíamos entrenarlos mediante
proyectos de emprendimiento, creando oportunidades para aprender y consolidar
los hábitos que les permitan convertirse en adultos protagonistas de sus vidas
profesionales y personales.
En este
sentido debemos de llegar a la importancia de emprender como competencia, como
elemento novedoso de la educación actual. Si algo no queremos es que nuestros
hijos sean tremendamente dependientes e inseguros, ni que sólo funcionen a
toque de campana, que la docilidad intelectual les convierta en débiles y
faltos de criterio, o la obediencia ciega y una disciplina a toque de bastón
les deje fácilmente manipulables. En éste colegio la educación en libertad ha
sido la base del funcionamiento desde hace 50 años, porque esa libertad les
hará equivocarse y tomar decisiones inadecuadas en ocasiones, pero también les
permitirá aprender de sus errores, rectificar y tomar el camino adecuado.
A todos los
padres nos exaspera verlos tumbados en la cama durante horas, pasivos my
depres, sin tensión vital ni ganas de comerse el mundo, con miedos excesivos al
riesgo y al cambio, excesivamente introvertidos, apocados o gregarios…, pero
tampoco nos interesa ni nos gustaría que fueran temerarios o impulsivos, ni
queremos que se ahoguen en un vaso de agua, ni que no sepan levantarse y volver
a empezar después de un fracaso en cualquier territorio.
Sabemos que
no queremos que nuestros hijos e hijas, que nuestros alumnos del colegio, dejen el testigo de sus vidas en manos de otros sin opciones a ganar
en sus batallas personales cuando ya no estemos allí para protegerlos y
ayudarles. Por eso queremos que aprendan a emprender.
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